El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha fijado de nuevo otra fecha de su hipotético regreso a Brasil, en este ocasión el 29 de marzo, aunque ha supeditado su regreso a la «situación» que en ese momento viva el país.
«Cuando falte una semana estudiaremos la situación, cómo está Brasil, cómo están nuestros contactos aquí», ha adelantado durante un acto con empresarios brasileños en Florida, al que ha acudido su esposa, Michelle, quien llegó a Estados Unidos este martes, donde permanecerá los próximos «cuatro o cinco días».
Precisamente también ha comentado las especulaciones acerca de que su partido estaría preparando a Michelle para una eventual candidatura para las presidenciales de 2026 y si bien ha destacado sus dotes políticas y buena oratoria, «no será candidata para el Ejecutivo», aunque «puede disputar otros cargos electos».
En lo que a él respecta, ha reconocido que existe la «posibilidad» de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) le inhabilite para presentarse a las elecciones de 2026 debido aquella reunión con varios embajadores extranjeros en la que intentó persuadirles de las irregularidades del sistema electoral brasileño.
Tampoco se ha olvidado el expresidente brasileño de esos incondicionales que el 8 de enero irrumpieron destrozando las sedes de los tres poderes en Brasilia y ha criticado que las autoridades les hayan imputado por crímenes que no cometieron. «Creo que el objetivo es sepultar a la derecha que apenas nació», ha valorado.
Desde que Bolsonaro puso rumbo a Estados Unidos el pasado 30 de diciembre, evitando estar así presente en la toma de investidura de Luiz Inácio Lula da Silva y hacerle entrega de la banda presidencial, la «situación» en Brasil no parece de haber dejado de serle adversa, primero con los ataques de sus seguidores a las instituciones y después con el escándalo de las joyas regaladas por Arabia Saudí.
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